Catherine Tornay vive en el corazón de los Alpes suizos, en el pequeño pueblo de montaña de Reppaz, a 10 km del Mont Blanc. Se trasladó al pueblo hace 35 años y aquí ha criado a sus cuatro hijos. Además de ayudar a su marido con el rebaño lechero y de trabajar como cartera local, Catherine cultiva plantas de Edelweiss para dsm-firmenich.

"Empecé a cultivar plantas medicinales y herbáceas en 1990 y cuanto más aprendía sobre ellas, más me fascinaban. Cuando la cooperativa local me propuso cultivar Edelweiss para dsm-firmenich, me quedé encantada", explica Catherine. "Puede ser duro, porque tengo que desherbarlo todo a mano, pero las flores son preciosas y me encanta verlas florecer. Recolectarlos también es un auténtico placer. El trabajo es muy intenso, pero es maravilloso estar al aire libre en julio, cuando las montañas están más verdes. Mi marido, mis hijos y mis nietos también ayudan, así que se ha convertido en una auténtica empresa familiar".

Los métodos de cultivo sostenibles ayudan a proteger y preservar la biodiversidad única de la zona, y la colaboración de dsm-firmenich con la cooperativa suiza para la que trabaja Catherine también ayuda a garantizar unos ingresos a los agricultores locales de la montaña. dsm-firmenich ha recibido recientemente la certificación Norte-Norte Fair for Life por esta iniciativa. Asumimos todos los riesgos, de modo que incluso en caso de pérdida de la cosecha por catástrofes naturales, malas condiciones meteorológicas o plagas, los agricultores reciben su salario.

"Mucha gente se está marchando de las zonas de montaña, porque puede ser muy difícil ganarse la vida. Me encanta la vida del pueblo y quiero quedarme aquí, así que agradezco mucho tener unos ingresos garantizados por cultivar estas plantas", dice Catherine. "He tenido que aprender mucho sobre agricultura ecológica a lo largo de los años, y sigo aprendiendo continuamente, pero el equipo de dsm-firmenich está muy bien informado y me apoya. Estoy muy orgulloso de lo que hago y, como dsm-firmenich confía en nosotros, los agricultores, para que hagamos todo lo posible por cultivar plantas de la máxima calidad, siento de verdad que formo parte del equipo."

Además de la satisfacción que le produce saber que las plantas que cultiva se destinan a productos de belleza en todo el mundo, Catherine está encantada de ver cómo sus hijos y nietos empiezan a compartir su pasión tanto por las plantas como por la agricultura ecológica. "A menudo, hoy en día, las generaciones más jóvenes no tienen ni idea de dónde proceden sus ingredientes. Mi esperanza es que si empiezan a entender esto y el trabajo que conlleva, compartan estos conocimientos con otras personas, que a su vez se lo contarán a sus amigos y familiares. A mi nieta pequeña, por ejemplo, le fascina la vida en la granja y mi trabajo en las plantas de la gama ALPAFLOR® de dsm-firmenich. Si todo el mundo tuviera la oportunidad de ver este aspecto de las cadenas de suministro, como hace ella, sin duda cambiaría las cosas".